La maternidad supone una increíble metamorfosis en todos los sentidos, desde lo físico a lo emocional, pasando por la relación de pareja, tus prioridades y hasta tus aficiones. ¡Todo cambia con la llegada de un bebé! Afrontar todo esto durante los primeros días, unido al cansancio y a los cambios hormonales, puede ser un shock. Calma. Saber a qué puedes enfrentarte en el puerperio puede ayudarte en este tránsito. Descubre en este artículo cómo pueden ser estos primeros momentos y qué puedes hacer para saltar las piedras que puedan aparecer en el camino ;)
Miedos y expectativas: tus peores enemigos
Lo primero que debes saber es que las expectativas y la realidad no siempre se dan la mano. Algunas mujeres sienten miedo cuando llegan a casa con su bebé en brazos: ¿Sabré hacerlo? ¿Qué hago si surge un problema? ¿Cómo vamos a cuidarle? Es completamente normal. Piensa que te enfrentas a algo muy nuevo para ti, una experiencia desconocida sobre la que aprenderás día a día a base de prueba y error. Rebajar las expectativas y relativizar muchos de los pensamientos más negativos puede servirte para vivir el puerperio de forma más tranquila y realista.
También es importante elaborar el duelo por la vida anterior. La llegada de tu pequeño aventurero va a suponer un montón de cambios en tu día a día. Las rutinas y los horarios van a modificarse inevitablemente: un recién nacido requiere cuidados constantes, descanso, alimentación… Es probable que estos cambios en tus rutinas también impliquen un vuelco tus prioridades. Y está bien. ¡Deja que comience tu nueva vida!
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La recuperación física lleva su tiempo
Tras el parto las mujeres experimentan lo que se conocen como loquios. Se trata de una secreción que se expulsa por la vagina y que contiene restos del embarazo (sangre, flujo y tejido de la placenta). Suelen durar entre 15 días y un mes y medio y no presentan mayor problema que la incomodidad de usar una compresa absorbente, ya que no son dolorosos. Otro mecanismo que se inicia tras el parto para que tu cuerpo recupere el estado previo al embarazo es el de los entuertos. Se trata de contracciones que se producen para que el útero recupere su tamaño original. Se dan durante los días posteriores al parto y su intensidad depende de si es un primer embarazo o no, ya que son más dolorosas a partir del segundo parto. ¿El motivo? Que la musculatura uterina ha cedido más y le cuesta más volver a su estado habitual.
Un parto normal no tiene por qué acarrear secuelas a nivel físico y emocional pero cada mujer lo vivirá de una forma muy personal. También debes tener en cuenta que un parto es un proceso imprevisible en el que las cosas pueden ser distintas a como las esperábamos.
Si has pasado por una intervención como una cesárea o has vivido un parto instrumentalizado, la recuperación puede ser más lenta y algo molesta. No dudes en pedir ayuda cuando lo necesites y en dejarte cuidar para que puedas recuperarte. Ten paciencia porque aunque popularmente se suele hablar de la “cuarentena” para referirse al puerperio o postparto, lo cierto es que este período de recuperación y adaptación puede extenderse mucho más allá en el tiempo.
5 consejos para descansar y cuidar de tu salud emocional: te damos algunas ideas
Aunque en la maternidad no siempre puede hablarse de sentimientos sentires universales, no hay duda de que todas las madres coinciden en el cansancio que han sentido en el puerperio. Según diversos estudios, una de cada cinco mujeres en el mundo sufre un problema de salud mental durante este periodo y el cansancio es, junto con las secuelas del parto y la falta de apoyo, uno de los principales factores que los desencadenan. Presta atención al descanso porque hará que te sientas mucho mejor y afrontes esta etapa de forma más saludable. Algunas ideas para conseguir descansar pueden ser:
¡Di adiós a las irritaciones!
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Ajústate a los ritmos de sueño de tu bebé. Es un dicho de las abuelas, y es probable que lo veas imposible, pero es cierto que es una muy buena idea aprovechar los momentos en los que el bebé duerme para dormir tú también. Piensa que tu pequeño aventurero te necesita la mayoría del tiempo durante estos primeros días de vida y que aún no distingue el día de la noche. ¡Has sido su casa durante nueve meses! Ahora le toca ir acostumbrándose al mundo exterior y adquirir su propio reloj biológico, y esto supone un gran aprendizaje.
Planifica las comidas. Lo ideal es que durante el embarazo tú y tu pareja, si la tienes, podáis preparar comidas saludables y deliciosas. Así conseguiréis llenar el congelador de valiosos táperes a los que recurriréis seguro los primeros días.
Delega las tareas que no son urgentes. No es necesario llegar a todo ;) Es más que recomendable que estos primeros días te centres en tu bebé y en tu recuperación, lo demás puede esperar o pueden hacerlo otras personas.
Pide ayuda cuando lo necesites. Solicita ayuda siempre que lo necesites. Ya sea para tomarte un respiro, para resolver dudas, para organizar la casa… Habla, di claro lo que necesitas, es seguro que tu pareja, tus amigos y tus familiares estarán encantados de ayudarte a que tu puerperio sea lo mejor posible.
Tómate tu tiempo. Como decía la psicóloga especializada en perinatalidad Ester Ramírez en una entrevista, existe una presión enorme porque las madres vuelvan a la normalidad cuanto antes. Cada maternidad está rodeada de unas circunstancias económicas, emocionales y materiales muy particulares por lo que no se pueden establecer unos tiempos determinados. No tengas prisa ni te obligues a sentirte mejor porque es lo que se supone que toca hacer. Sé compasiva contigo y con tus tiempo.
El papel de la pareja en el puerperio
Si tienes pareja debes tener en cuenta que su papel también es clave en tu recuperación durante el puerperio. Si bien es una pieza fundamental como gestora de las visitas de familiares y amigos, también debe encargarse de sostenerte y cuidarte para que tú puedas descansar. Se inicia así una cadena de cuidados fundamental para lograr la armonía familiar y, que este delicado engranaje que es la familia, funcione a la perfección. Ante la cuestión de cómo establecer un vínculo entre tu pareja y vuestro bebé, debes saber que hay vehículos clave como la alimentación, el contacto piel con piel, el baño y cambio de pañales y el acompañamiento en el llanto.
La pareja también sufre una enorme revolución con la llegada de un bebé. Toca construir un nuevo nosotros como una familia. Al principio puede ser toda una aventura encontrar cuál es el papel de cada cual y dedicar tiempo y espacio para los dos, pero con paciencia y atención, será más sencillo de lo que piensas. La comunicación es tu mejor aliada ;)
¡Esperamos que todas estas recomendaciones te resulten útiles! Si tienes cualquier duda, te sientes triste o superada, recuerda que tu matrona o tu ginecólogo pueden ayudarte a entender qué está pasando y juntos podréis encontrar la solución.