La literatura y el cine han creado a lo largo de la historia una imagen de la madre feliz que ha acabado convertida en icono y en el ideal a alcanzar. Madres que sonríen permanentemente, que muestran una felicidad arrolladora por la llegada de su bebé, que no sufren dolores (o los disimulan muy bien), que están radiantes nada más dar a luz, que son puro zen y no sufren altibajos emocionales, etc. Ese ideal, sin embargo, está lejos de la realidad que viven la mayoría de las madres. Es más, no alcanzarlo, ver cómo no se logra la plenitud y la felicidad prometida, ese paraíso de la maternidad largamente soñado, es una de las causas que empuja a muchas mujeres a sufrir síntomas de melancolía o depresión posparto. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, se estima que entre un 50% y un 85% de las madres recientes sufren lo que se conoce como baby blues o melancolía posparto, un cuadro que se agrava en una de cada diez madres, que son las que se calcula que sufren depresión posparto en los países desarrollados (la cifra se puede incluso duplicar en contextos sociales y económicos más desfavorecidos).
Lo normal, tal y como demuestran las estadísticas citadas, es que una madre pase por una etapa de baby blues tras el nacimiento de su bebé, pero que éste no pase de ahí y la madre se recupere en apenas unos días o semanas. No está de más, no obstante, conocer cuáles son sus síntomas, qué les diferencia de los de la depresión posparto y qué hacer para intentar mitigarlos.
Causas del baby blues y la depresión posparto
Lo primero que hay que dejar claro es que el baby blues y la depresión posparto no tienen nada que ver con el hecho de ser una buena o mala madre o de desear o no a un hijo. De hecho, la causa del primero, de la melancolía posparto, es puramente fisiológica: la descompensación hormonal brutal que sufre una mujer al dar a luz, sobre todo en los niveles de estrógeno y progesterona; un hecho que se suma a los grandes cambios hormonales que ya ha experimentado la madre durante todo el embarazo. Como decimos, la causa es fisiológica, de forma que, en la medida en que vayas recuperando la normalidad en los niveles hormonales, los síntomas del baby blues irán desapareciendo poco a poco, lo que dependiendo de cada mujer puede ser cuestión de horas o de días (unas dos semanas a lo sumo).
En el caso de la depresión posparto, sin embargo, se desconocen todavía las causas que provocan su aparición. Se sabe, no obstante, que existen una serie de factores de riesgo que pueden ayudar a desencadenarla, entre ellos el hecho de que la madre sea muy joven (menor de 20 años), el que el embarazo no haya sido deseado, el hecho de que la madre ya hubiera sufrido depresión de forma previa, el haber tenido un parto traumático, la falta de apoyo familiar o el consumo reiterado de alcohol o drogas.
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Síntomas: ¿en qué se diferencian el baby blues y la depresión posparto?
Cómo ya hemos comentado, los síntomas del baby blues o melancolía posparto aparecen a los pocos días del parto (2-5 tras el nacimiento) y desparecen por sí mismos y sin dejar huella en apenas unas horas o en cuestión de una o dos semanas, dependiendo del caso concreto de cada mujer. Entre sus síntomas más habituales se encontrarían:
Los cambios de humor
El llanto repentino
Los problemas de concentración
La falta de apetito
La tristeza
La irritabilidad
Los problemas leves para conciliar el sueño y tener un descanso reparador
El sentirse abrumada.
Los síntomas de la depresión posparto, por su parte, pueden confundirse en un primer momento con los de la melancolía posparto, pero a diferencia de éstos son de mayor intensidad, se alargan más en el tiempo y pueden interferir, incluso, en la capacidad de la madre para cuidar de su bebé. Otra diferencia importante de la depresión posparto es que sus síntomas no aparecen necesariamente a los pocos días de nacer el bebé, sino que éstos pueden empezar a manifestarse en las últimas semanas de embarazo o hacerlo hasta un año después de dar a luz. Algunos de los síntomas más habituales de la depresión posparto serían:
Los cambios de humor graves
El llanto excesivo
La disminución de la capacidad para concentrarse, tomar decisiones y pensar con claridad
La pérdida del apetito, pero también su reverso. Es decir, comer mucho más de lo habitual
La irritabilidad y los enfados intensos
El insomnio grave
La ansiedad grave y los ataques de pánico
El aislamiento social y la dificultad manifiesta a la hora relacionarse con el bebé
Los pensamientos negativos recurrentes (culpa, vergüenza, desesperanza, sensación de inutilidad, el miedo a no ser buena madre, etc.)
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Cómo afrontar el baby blues y la depresión posparto
Si unos días después de dar a luz sientes que sufres síntomas de melancolía posparto no te preocupes: como hemos comentado, se trata simplemente de una reacción fisiológica de tu cuerpo, así que no es una enfermedad y no tiene tratamiento médico. Así que lo mejor que puedes hacer para sobrellevarlo lo mejor posible y recuperarte cuanto antes es cuidarte. ¿Cómo? Te contamos un par de trucos:
1. Intentando descansar bien: sabemos que no es fácil con un recién nacido, pero intenta aprovechar cualquier momento que te brinde el día para cerrar los ojos y darte un respiro.
2. Pidiendo la máxima implicación de tu pareja y apoyo, si es necesario, a familiares y amigos. Que otros se encarguen de las tareas del hogar en estos primeros días o poder comer a mesa puesta son detalles que se agradecen en unos momentos en los que tu bebé requiere de tantas atenciones.
3. Pasando tiempo con tu bebé: delega lo que puedas, pero pasa tiempo con tu bebé. Cámbiale los pañales, báñalo, acarícialo, practica el piel con piel… No hay mejor cura para el baby blues que tu pequeño aventurero.
4. Asumiendo que tener un hijo en la vida real no es cómo nos habían contado en los cuentos y las películas: acepta los cambios, el no estar físicamente perfecta o las alteraciones hormonales. Poco a poco, sin prisas, todo irá recuperando su lugar.
En el caso de que los síntomas del baby blues se alarguen en el tiempo, se agraven o empiecen a manifestarse semanas o meses después del parto, no dudes en consultar a tu médico o tu matrona y en pedir ayuda especializada (o pide que lo alguien lo haga por ti si no te encuentras con fuerzas para dar tú el paso), ya que podría tratarse de un principio de depresión posparto. Cuanto antes se diagnostique y se trate este trastorno problema de salud mental, más fácil y rápida será la recuperación.
Esperamos que te sea de ayuda este artículo si estás pasando por tu particular baby blues y, sobre todo, que estos momentos de desajuste emocional sean pronto solo un recuerdo más de uno de los momentos más emocionantes de tu vida: el día en que te convertiste en madre.