La falta de sueño es uno de los grandes retos ligados a la maternidad y la paternidad. Si tienes un bebé, lo lógico es que duermas menos de lo que lo hacías antes de tenerlo. Tanto es así que, incluso, se ha acuñado un concepto para referirse a esa cantidad de horas de sueño perdidas por padres y madres: baby lag.
¿Cómo es posible si un bebé de entre cuatro y doce meses de edad debería dormir de 12 a 16 horas diarias? La respuesta es sencilla: un recién nacido duerme muchas horas, pero lo hace de forma caótica y fragmentaria y, sobre todo en los primeros meses, lo puede hacer incluso de manera totalmente desincronizada con los ritmos biológicos que rigen de forma habitual nuestras vidas: es decir, puede dormir mucho de día y, sin embargo, hacerlo menos durante la noche.
Impacto de la falta de sueño en el día a día de los padres
La evidencia científica demuestra que, a largo plazo, las personas que duermen mejor tienen una esperanza de vida más larga y suelen presentar una tasa considerablemente inferior de algunas enfermedades como son las de tipo endocrinológico (diabetes y obesidad), las cardiovasculares o las cerebrovasculares. El correcto descanso, además, tiene una incidencia directa sobre el buen funcionamiento de nuestro cerebro y sobre nuestro estado anímico. Dormir, por tanto, igual que la alimentación y el ejercicio físico, es parte esencial de un estilo de vida saludable.
Evidentemente, hablamos de consecuencias de la falta de sueño a largo plazo. La falta del sueño a la que se enfrentan madres y padres está acotada en el tiempo, especialmente a los tres primeros años de vida de su bebé. Sus consecuencias, por tanto, son más de andar por casa, pero con un importante impacto en el día a día de la familia.
Entre esas consecuencias de la falta de sueño derivada de la llegada de un bebé podríamos destacar los problemas de concentración, las pérdidas de memoria, la somnolencia diurna, el descenso en el rendimiento laboral, mayor riesgo de descuidos, una menor paciencia y, como consecuencia, una mayor propensión a perder los nervios en la crianza, un mayor índice de conflictos en la pareja y estados anímicos cambiantes.
Si tienes un bebé y estás durmiendo poco, seguro que sabes bien de lo que te hablamos. 😉
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8 consejos para combatir la falta de sueño
Afortunadamente, como no nos cansaremos de repetir, la falta de sueño asociada a la crianza de un bebé no deja de ser una situación pasajera y circunstancial. Ya se sabe, también esto pasará. No obstante, lo anterior, y aunque el sueño de los bebés se va regulando poco a poco, sí que hay una serie de medidas que podemos tomar para mejorar la situación y combatir esa privación de descanso con el objetivo de reducir los niveles de cansancio y de hacer más llevaderos los días. ¡Toma nota de estos consejos!
1. Higiene de sueño del bebé
Lo primero es empezar por el principio. Como decimos, el sueño de los bebés va regulándose conforme se hacen mayores: poco a poco se va adaptando a nuestros ritmos cronobiológicos y se hace menos caótico. No obstante lo anterior, y aunque es una cuestión de tiempo y paciencia, como padres, sí que podemos adoptar una serie de medidas básicas de higiene de sueño y crear una rutina de sueño para mejorar en lo posible el sueño de los bebés.
2. Aprovecha las siestas de tu pequeño aventurero
A veces puede resultar más sencillo para aumentar las horas de descanso intentar adaptarse a los ritmos de sueño del bebé. Ya sabe, si no puedes con el enemigo, únete a él :-P Si tienes la posibilidad, aprovecha sus siestas de mañana y tarde para recuperar horas de sueño perdidas. ¡Tu cuerpo lo agradecerá!
3. Intenta acostarte antes
Cuando por la noche se consigue dormir al bebé, es muy tentadora la idea de alargar el día viendo una película o varios capítulos de tu serie favorita. ¡Y está muy bien! Pero si estás muy cansado, es preferible acostarse antes y aprovechar el primer sueño de tu pequeño aventurero y así ganar horas de descanso antes de que lleguen los despertares nocturnos.
4. Evita el consumo de bebidas estimulantes
Tras una noche de insomnio es lógico que el cuerpo nos pida café u otras bebidas estimulantes para resistir al día. Bebe café si lo necesitas, pero hazlo con moderación y, sobre todo, no lo hagas en las últimas horas del día, ya que la cafeína puede dificultarte la conciliación del sueño.
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5. Evita la luz azul de las pantallas:
Los expertos en sueño suelen recomendar evitar la luz azul de las pantallas hasta dos horas antes de acostarse. ¿Por qué? Porque esta luz azul engaña a nuestro sistema biológico (le hace creer que es de día) e inhibe la secreción de melatonina, la hormona que regula nuestro sueño. Así que un consejo para dormir antes y mejor es dejar apartadas las pantallas. Y si te cuesta conciliar el sueño o tu bebé te despierta en mitad de la noche y no puedes dormir, un libro siempre es un mejor compañero para encontrar el camino del sueño que la pantalla del móvil.
6. Lleva un estilo de vida saludable:
Sabemos que, con un bebé a cargo, sobre todo durante sus primeros meses de vida, es difícil sacar tiempo para hacer deporte. ¡Incluso para cocinar! Pero no vale rendirse. Intentad manteneos activos y comed de forma sana. Está demostrado que los hábitos de vida saludable ayudan a tener un mejor descanso.
7. Siempre hidratados:
La falta de hidratación puede hacer que os sintáis más cansados. Así que intentad beber lo suficiente, idealmente de 1,5 a 2 litros al día. Principalmente agua y infusiones. El agua infusionada con jengibre y limón puede ser una buena fuente de energía. Para ello, basta con añadir unas rodajas de jengibre fresco en agua hirviendo; dejándolas hervir durante diez minutos. Cuando la bebida se haya enfriado, puedes añadir un poco de zumo de limón y cubitos de hielo al gusto.
8. Ahorra tiempo:
Intenta que tu día a día sea lo más fácil posible. Por ejemplo, cuando estés agotado, correr al supermercado para comprar pañales no es el mejor plan. Para que tengas una cosa menos de la que preocuparte, nuestros pañales y toallitas LILLYDOO se pueden entregar en la puerta de tu casa. La comodidad y la flexibilidad de la suscripción te permiten tener más tiempo para las cosas importantes, como una siesta.
Esperamos que estos consejos para combatir la falta de sueño te sean útiles y consigas estar más descansado para afrontar el día a día con tu pequeño aventurero. En todo caso, no hay mejor consejo que la paciencia. Cuando menos te lo esperes, tu hijo dormirá toda la noche del tirón y las largas noches de insomnio solo serán un recuerdo lejano. ¡Mucho ánimo!
La falta de sueño es uno de los grandes retos ligados a la maternidad y la paternidad. Si tienes un bebé, lo lógico es que duermas menos de lo que lo hacías antes de tenerlo. Tanto es así que, incluso, se ha acuñado un concepto para referirse a esa cantidad de horas de sueño perdidas por padres y madres: baby lag.
La evidencia científica demuestra que, a largo plazo, las personas que duermen mejor tienen una esperanza de vida más larga y suelen presentar una tasa considerablemente inferior de algunas enfermedades como son las de tipo endocrinológico (diabetes y obesidad), las cardiovasculares o las cerebrovasculares.
El correcto descanso, además, tiene una incidencia directa sobre el buen funcionamiento de nuestro cerebro y sobre nuestro estado anímico. Dormir, por tanto, igual que la alimentación y el ejercicio físico, es parte esencial de un estilo de vida saludable.
Aunque el sueño de los bebés se va regulando poco a poco, sí que hay una serie de medidas que podemos tomar para mejorar la situación y combatir esa privación de descanso con el objetivo de reducir los niveles de cansancio y de hacer más llevaderos los días. Por ejemplo, aprovecha las siestas de tu pequeño aventurero, intenta acostarte antes, evita el consumo de bebidas estimulantes, entre otros consejos.