En los primeros días en casa tras el nacimiento, la hora del baño del bebé puede ser un momento hasta cierto punto estresante para los nuevos padres (por la novedad de la acción y por las inseguridades habituales del estreno en la maternidad y la paternidad). Sin embargo, te aseguramos que muy pronto bañar a tu pequeño aventurero se convertirá en uno de los momentos preferidos de tus rutinas semanales. Para ayudarte a que así sea, en este artículo te ofrecemos una serie de consejos básicos y respondemos a algunas dudas habituales sobre el momento del baño del bebé.
¿Cuándo es el mejor momento para bañar a un bebé?
En España suele ser habitual que las rutinas de baño del bebé se dejen para última hora de la tarde, porque se tiene la creencia de que el baño es una especie de relajante que ayuda a conciliar con mayor facilidad el sueño. Teniendo en cuenta que un bebé se pasa la mayor parte del tiempo durmiendo, este argumento no es realmente valido durante las primeras semanas y meses de vida de tu pequeño aventurero. Por ello, nuestra recomendación es que bañes a tu recién nacido en el momento que mejor se adapte a tus rutinas diarias. En todo caso, sí que es conveniente tener en cuenta una serie de aspectos. Entre ellos, que el baño no se produzca inmediatamente después de comer o antes de hacerlo (para que tu pequeño no esté haciendo la digestión o hambriento) y que, en la medida de lo posible, el bebé esté despierto y de buen humor, lo que es básico para que la experiencia del baño sea agradable y placentera para todos.
¿Con qué frecuencia hay que bañar a un bebé?
Otro aspecto que suele generar bastantes dudas entre las nuevas familias es la frecuencia del baño del bebé. A diferencia de los niños más mayorcitos, los bebés no se ensucian mucho por lo que no es necesario que bañes a tu pequeño aventurero más de dos o tres veces por semana. El resto de los días, para el mantenimiento de su higiene, basta con limpiar al pequeño con toallitas húmedas o con una esponja suave un poco humedecida.
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¿Cuál es el mejor sitio para bañar a un bebé?
El espacio de tu vivienda determinará en gran medida dónde vas a bañar a tu bebé. Si tienes una vivienda amplia, podrás hacer uso de una bañera especial para bañar a tu pequeño aventurero durante sus primeros meses de vida. Este tipo de bañeras te permite hacerlo de pie y a una altura cómoda para tu espalda, lo que va a facilitar a su vez tus movimientos. Hay bañeras de bebé con cambiador, bañeras plegables, incluso cubetas de plástico que luego se adaptan a unas patas de metal plegables. Todas te van a ofrecer unas prestaciones parecidas a la hora del baño del bebé, así que elige la opción que mejor se adapte a tus circunstancias.
En el caso de que no tengas espacio para una bañera de bebé, otra alternativa muy práctica son los asientos o hamacas de baño para bebés. Estos complementos son ideales para utilizar en la bañera de casa, ya que permiten tener a tu pequeño aventurero asegurado y en una posición cómoda, aunque es cierto que con menos libertad de movimientos tanto para el bebé como para los padres a la hora de bañarles.
¿Qué tener en cuenta para el primer baño del bebé?
Para hacer del momento del baño de tu bebé una experiencia agradable y placentera, te damos algunas recomendaciones que pueden servirte de ayuda:
La importancia de la temperatura: La temperatura de la habitación en la que vas a bañar a tu bebé y la temperatura del agua son dos aspectos fundamentales a tener en cuenta. En primer lugar, la temperatura ambiente debe situarse entre 22º y 25º y con ventanas y puertas cerradas para evitar corrientes de aire. En lo que respecta a la temperatura del agua, lo aconsejable es que ésta se sitúe entre los 37º y 38º, en línea con la temperatura corporal normal. Puedes utilizar un termómetro de agua para asegurarte de la temperatura exacta. Seguro que con la práctica te bastará con tocar el agua con tu codo para saber si está a la temperatura correcta.
Ten a mano todo lo que necesitas: Al igual que en cada cambio de pañal debes debes tener a mano todo lo que necesitas, en el momento del baño es fundamental que la esponja, el jabón y la toalla estén a tu alcance porque bajo ningún concepto puedes dejar a tu pequeño aventurero solo en el agua. A partir de los tres o cuatro meses puedes añadir juguetes de goma aptos para el agua con los que entretenerle durante el baño.
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Agarre del bebé: Al igual que en cada cambio de pañal debes debes tener a mano todo lo que necesitas, en el momento del baño es fundamental que la esponja, el jabón y la toalla estén a tu alcance porque bajo ningún concepto puedes dejar a tu pequeño aventurero solo en el agua. A partir de los tres o cuatro meses puedes añadir juguetes de goma aptos para el agua con los que entretenerle durante el baño.
El lavado: Si antes del baño tu pequeño aventurero ha hecho caca, es importante que le limpies con toallitas húmedas antes de meterlo en la bañera para evitar la dispersión de gérmenes por el agua. Una vez en el agua, basta con frotarle con delicadeza con una esponja suave, en la que podemos añadir un poco de jabón respetuoso con la piel del bebé. Durante el lavado, que en el caso de los recién nacidos no debe extenderse durante más de diez minutos, es importante hacer hincapié en los pliegues de la piel (¡sobre todo en el caso de los bebés más rollizos!) y en zonas menos accesibles como las axilas o la parte posterior de las orejas.
El secado: El baño del bebé acaba fuera del agua con el secado. Es fundamental tener la toalla a mano y cubrir al pequeño con ella nada más salir, para evitar que se enfríe. Una vez en el cambiador (si está en otra habitación distinta, ésta tiene que estar también a una temperatura de entre 22º y 25º), seca a tu pequeño aventurero con delicadeza, haciendo hincapié también en los pliegues y en la zona del pañal para evitar irritaciones y la aparición de hongos. Si tu bebé lo disfruta, antes de vestirlo también puedes darle un masaje con una crema hidratante o nuestro aceite corporal de almendras dulces. ¡Se va a quedar relajadísimo!
Por regla general a los bebés les encanta bañarse, pero si en el caso de tu pequeño aventurero no es así, no le obligues y dale su tiempo. Recuerda que los bebés apenas se ensucian y no hay necesidad de hacerle pasar un mal rato.
Nuestra recomendación es que bañes a tu recién nacido en el momento que mejor se adapte a vuestras rutinas diarias. En todo caso, sí que es conveniente tener en cuenta una serie de aspectos. Entre ellos, que el baño no se produzca inmediatamente después de comer o antes de hacerlo (para que tu pequeño no esté haciendo la digestión o hambriento) y que, en la medida de lo posible, el bebé esté despierto y de buen humor.
A diferencia de los niños más mayorcitos, los bebés no se ensucian mucho por lo que no es necesario que bañes a tu pequeño aventurero más de dos o tres veces por semana.
El espacio de tu vivienda determinará en gran medida dónde vas a bañar a tu bebé. Si tienes una vivienda amplia, podrás hacer uso de una bañera especial para bañar a tu pequeño aventurero durante sus primeros meses de vida. Este tipo de bañeras te permite hacerlo de pie y a una altura cómoda para tu espalda, lo que va a facilitar a su vez tus movimientos. En el caso de que no tengas espacio para una bañera de bebé, otra alternativa muy práctica son los asientos o hamacas de baño para bebés.