La llegada de un recién nacido es un evento que nadie quiere perderse. ¡Cuánta alegría provoca este acontecimiento entre familiares y amigos! Sin embargo, no siempre se gestionan de la forma ideal esas visitas. Algunas madres y padres prefieren vivir en la intimidad estos primeros días marcados por el cansancio y la incertidumbre. Y es que, cuando nace un bebé nace también una familia y hay que aprender a serlo. Conocerse. Descubrirse. Desde LILLYDOO queremos daros algunas recomendaciones que pueden ser útiles a la hora de gestionar las visitas al recién nacido. ¿Nos acompañas? ;)
¿Cómo limitar las visitas al recién nacido en el hospital?
Si vas a elegir un hospital para el nacimiento de tu pequeño aventurero ya te hemos contado en otras ocasiones qué debes tener en cuenta como, por ejemplo, cómo preparar la bolsa del hospital o cómo elaborar correctamente tu plan de parto. Sin embargo, no es tan habitual pensar en cómo vamos a querer estar acompañadas esos primeros días junto a nuestro bebé. Si crees que vas a necesitar limitar las visitas únicamente a tu círculo íntimo, o incluso eliminarlas por completo, el tiempo que estés en el hospital, no dudes en transmitírselo a tu entorno. La comunicación es siempre clave a la hora de alcanzar nuestro bienestar y el de nuestro bebé. Una idea que puede resultar útil es que tu pareja, si la tienes, se encargue de anunciar a través de un mensaje no solo el nacimiento de vuestro pequeño sino también vuestro deseo de tener privacidad. Con asertividad y amabilidad seguro que lo entenderán.
¿Cómo gestionar las visitas en casa?
Cada familia es diferente. Hay quienes aún van a necesitar algunos días de adaptación y quiénes estarán deseando encontrarse con sus seres queridos en un momento tan importante. Sea como sea, lo importante es que tengáis tiempo para estar juntos y tranquilos, para que os vayáis conociendo y aclimatando a esta nueva vida. Os damos algunas recomendaciones para gestionar en casa las visitas al recién nacido:
En primer lugar, y el punto más importante: manifiesta siempre cómo te sientes y qué necesitas. ¡No hagas nada por obligación! Los primeros días no solo necesitará cuidados el bebé, tú también debes ser cuidada y atendida con exquisito mimo.
Los primeros días con tu bebé delega a tu pareja o persona de confianza la tarea de gestionar las visitas. Podéis dejar previamente acordados algunos puntos que consideréis esenciales en cuanto a lo que deben ser las visitas al recién nacido.
Si no deseáis recibir visitas todos los días, podéis establecer días de visita. Por ejemplo, tres días a la semana en un horario determinado. Eso os permitirá organizar el resto del tiempo juntos. Recuerda que es muy importante descansar porque el descanso influye directamente en nuestra salud mental.
¡Di adiós a las irritaciones!
Pide ahora nuestro paquete de prueba gratuito y prueba 10 pañales hipoalergénicos y 15 toallitas húmedas con 99 % de agua.
Podéis establecer también unos tiempos de visita previamente en base a tus necesidades y las del bebé: la hora de la siesta, del baño, la hora de la cena… Lo importante es que estéis cómodos y que las visitas no supongan un trabajo extra, al ya enorme trabajo de cuidados, sino un soplo de aire fresco.
Relacionado con lo anterior, es importante que exijáis puntualidad a quienes acudan a visitaros. Si habéis trazado un plan de visitas y horarios es posible que un desajuste pueda perjudicar el resto de planes o que veáis alargados estos tiempos de visita.
Y, por último, recordad a vuestros familiares y amigos que siempre es recomendable que avisen de su visita para no interferir en vuestras nuevas rutinas. ¡La vida con un bebé puede ser toda una aventura!
¿Qué deben evitar quienes visitan a un recién nacido?
Además de lo anterior, hay algunas cuestiones que pueden ser útiles de saber por parte de quienes realizan esas visitas al recién nacido. Cosas sencillas, en las que muchas veces no reparamos, pero que pueden cambiar mucho la experiencia. ¿Crees que te puede servir para hacérselo llegar a tus amigos y familiares? ¡Comparte!
Ofrece ayuda
Cuando un bebé llega a casa las tareas parecen multiplicarse o complicarse. Las lavadoras, la limpieza, la compra, las comidas y las cenas… son muchas las cosas que ni a dos ni a cuatro manos se llegan. Si vas a visitar a un recién nacido lo ideal es que preguntes qué puedes hacer, cómo puedes ayudar. Poner una lavadora y tenderla o cocinar la cena puede hacer mucho más por un bebé y sus padres que el más caro de los regalos.
No uses perfumes fuertes
Los bebés llegan al mundo con un sentido del olfato súper desarrollado. Esto es esencial para reconocer a su madre y poder localizar la leche materna. Cuando les exponemos a olores fuertes les confundimos y esto puede hacer que se sientan desorientados o molestos, perjudicando sin quererlo la lactancia materna. Mejor si acudimos sin perfumes, colonias o productos cosméticos con olores fuertes.
No fumes momentos antes de la visita
Aunque el tabaquismo se ha reducido considerablemente en las últimas décadas y pese a que ahora tenemos una mayor conciencia de los daños del tabaco en los bebés y niños pequeños a futuro, aún sigue siendo habitual que haya quien fume antes de ver a un recién nacido. Evita hacer esto porque un chicle o colonia no va a enmascarar el humo terciario.
Nuestros pañales delicados con la piel
Nuestros pañales son ideales para pieles sensibles y absorben el líquido rápidamente. ¿Y los diseños? ¡Super originales!
Evita coger al bebé en brazos sin preguntar antes
Los bebés son preciosos. Una maravilla de la naturaleza. Un milagro. Por eso no es raro que todos queramos tenerles en brazos y acunarles, pero evita coger el bebé si no te lo han propuesto sus padres. Estos primeros días son muy vulnerables emocionalmente para todos y el ir de brazos en brazos puede no ser lo que más necesita ese recién nacido de momento. ¡Habrá tiempo! Prometido.
No beses al bebé
La pandemia nos ha demostrado lo vulnerables que somos ante un virus. Lo que para ti pueda ser un simple resfriado o unos mocos del frío invernal para un bebé puede convertirse en una bronquiolitis o algo peor.
No vayas si estás enfermo
Como hemos mencionado antes, los bebés son muy delicados. Así que no vayas si estás enfermo o si presentas cualquier síntoma físico por muy leve que sea.
No opines ni des consejos si no te los han pedido
Puede sonar fuerte, pero una madre lo último que necesita es que le digan cómo dar el pecho o el biberón, cómo bañar al bebé o cómo cogerle en brazos. A menos que te lo pregunten, lo más recomendable es que te guardes tus opiniones y consejos. Si realmente crees que debes compartir algo, hazlo, pero desde el cariño y el respeto.
Como dijimos al principio del artículo, la llegada de un bebé es un evento maravilloso, y como amigos y familiares, queremos ser partícipes de ello. Pero tranquilo, ya habrá tiempo para compartir. Respeta el tiempo de la nueva familia para conocerse y adaptarse, te lo agradecerán. :)
Si crees que vas a necesitar limitar las visitas únicamente a tu círculo íntimo, o incluso eliminarlas por completo, el tiempo que estés en el hospital, no dudes en transmitírselo a tu entorno. La comunicación es siempre clave a la hora de alcanzar nuestro bienestar y el de nuestro bebé. Una idea que puede resultar útil es que tu pareja, si la tienes, se encargue de anunciar a través de un mensaje no solo el nacimiento de vuestro pequeño sino también vuestro deseo de tener privacidad. Con asertividad y amabilidad seguro que lo entenderán.
Si no deseáis recibir visitas todos los días, podéis establecer días de visita. Por ejemplo, tres días a la semana en un horario determinado. Eso os permitirá organizar el resto del tiempo juntos. Recuerda que es muy importante descansar porque el descanso influye directamente en nuestra salud mental.