El embarazo supone un período de transición de la vida de pareja a una nueva vida familiar. Durante esta etapa son muchos los cambios que van a producirse en el cuerpo de la mujer embarazada, y con ellos pueden aparecer un montón de dudas. Una de las más habituales es cómo van a afectar estos cambios a la vida sexual. Y es normal, porque existen muchos mitos en torno a la sexualidad femenina y las relaciones sexuales durante el embarazo no escapan de las falsas creencias. Por suerte, cada vez disponemos de más información sobre este tema. En este artículo, resolvemos las dudas que pueden surgirte sobre el sexo en el embarazo para que puedas mantener una actividad sexual saludable, si así lo deseas.
¿Es posible tener relaciones sexuales en el embarazo?
La respuesta es, en general, un sí. Si bien hace décadas no se recomendaba el sexo en el embarazo, lo cierto es que hoy sabemos que no supone ningún problema ni para la mujer embarazada ni para el bebé. Esta creencia forma parte de los muchos mitos que existen en torno a la sexualidad femenina y aunque las cosas van cambiando, lo cierto es que aún persisten algunos conceptos erróneos que provocan que muchas futuras madres se muestran temerosas a continuar con su vida sexual. ¡Tranquilidad! :) Tener sexo en el embarazo, implique o no penetración, es seguro. Es más: en el caso de las relaciones sexuales con penetración debes saber que el tapón mucoso que cierra el cuello uterino durante el embarazo, mantiene al bebé completamente protegido en el útero del exterior. Además, los músculos del útero, que son lo suficientemente fuertes como para que no exista problema alguno, y el líquido amniótico también mantienen al bebé intacto. ¡El cuerpo es muy sabio!
Otro de los temores más habituales suele ser pensar que las relaciones sexuales pueden provocar un parto prematuro. Diversos estudios han llegado a la conclusión de que las relaciones sexuales con penetración vaginal durante el embarazo no están relacionadas con el aumento de riesgo de parto prematuro.
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Sólo en los casos en los que la matrona o el ginecólogo considere que se trata de un embarazo de alto riesgo, se puede recomendar evitar las relaciones sexuales durante todo el embarazo o solo en alguna etapa del mismo. Así que si tienes deseo sexual y tu pareja también, no hay razón alguna para no disfrutar del sexo en el embarazo. ¡Incluso puede ser positivo! Y mucho. Porque la excitación sexual libera una hormona llamada oxitocina, que es conocida como la hormona del amor y la felicidad. Por lo tanto, fuera preocupación.
¿Cuándo se debe evitar el sexo en el embarazo?
Te adelantábamos que si bien generalmente tener relaciones sexuales durante el embarazo no supone ningún problema, hay algunos casos en los que se debe tener precaución:
Si se padece alguna infección de la vagina durante el embarazo
Si se produce sangrado o se siente dolor durante las relaciones sexuales
Si existe un problema de placenta previa o pérdida de líquido amniótico
Si durante algún trimestre del embarazo (especialmente el primer trimestre) hay riesgo de aborto espontáneo
Si durante el tercer trimestre de embarazo existe riesgo de parto prematuro
En el caso de dudas ante alguna de estas, u otras, situaciones, te recomendamos que preguntes a tu ginecólogo o a tu matrona, ya que serán quienes mejor puedan asesorarte.
¿Cómo influye el embarazo en la vida sexual?
Durante el embarazo se producen un montón de cambios a nivel fisiológicos y psicológico, y muchos de esos cambios pueden influir en tu sexualidad. Las hormonas y el aumento del flujo sanguíneo tienen mucho que ver en ello. Atenta a estos tres cambios:
Mayor sensibilidad de los órganos sexuales
En el embarazo se produce un aumento en el flujo sanguíneo que afecta también a los órganos sexuales. Este incremento del flujo se traduce en un mayor tamaño de los mismos, lo que supone que el clítoris tiene una mayor sensibilidad. Esto puede elevar la intensidad de los orgasmos y mejorar mucho las relaciones sexuales.
Aumento de la lubricación
Habrás notado que durante el embarazo las secreciones vaginales han cambiado. Muchas mujeres experimentan una mayor producción de flujo vaginal debido los cambios hormonales, lo que provoca que la lubricación se multiplique. En el caso de relaciones con penetración, este aumento de la lubricación hace más fácil la misma y acelera el orgasmo.
Sequedad vaginal
En algunas ocasiones, en lugar de aumentar el flujo vaginal con los cambios hormonales y, por tanto, la lubricación, se produce sequedad vaginal. En estos casos, si hay deseo de mantener relaciones sexuales con penetración, puedes utilizar un lubricante con ph neutro para mejorar la lubricación, evitando los químicos. En este caso es una buena idea consultar con el ginecólogo o la matrona la mejor opción para disfrutar del sexo en el embarazo.
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¿Cómo es el deseo sexual según el trimestre de embarazo?
El sexo en el embarazo varía en función de cada mujer, pero también influye mucho el trimestre en el que te encuentres; ya que su calidad depende mucho de tu nivel de deseo y de cómo te encuentres a nivel físico y emocional. Empecemos por el principio. Durante el primer trimestre de embarazo, muchas mujeres experimentan náuseas, cansancio y malestar, lo que reduce enormemente su libido. Si éste es tu caso, tranquila, estas sensaciones no duran eternamente. Siéntete libre de expresar a tu pareja estas emociones y no te sientas en ningún momento obligada a hacer algo que no te apetece. La comunicación es la clave.
Cuando llega el segundo trimestre de embarazo, como estas dolencias desaparecen y se produce una impregnación hormonal distinta que hace que la mujer esté más receptiva al sexo, vuelve el deseo. Esto no ocurre siempre. Para algunas mujeres la pérdida de deseo del primer trimestre se mantiene en el segundo. Si es tu caso, no te preocupes, es normal. Piensa que estás pasando por muchos cambios. Sé compasiva contigo misma.
Por último, durante el tercer trimestre de embarazo puede ocurrir que vuelva (o se mantenga si se experimentó durante el segundo) el desinterés sexual. Aquí influyen mucho los cambios físicos: la tripa ha alcanzado un mayor volumen y hay mayores dificultades para moverse o encontrar la postura adecuada. En el caso de relaciones sexuales con penetración, podéis intentar buscar las posturas que os resulten más cómodas en función a estos cambios físicos. Las posiciones laterales suelen ser las favoritas durante el tercer trimestre.
En el caso de que no te sientas cómoda con la penetración, podéis optar por otras formas de disfrutar vuestra vida sexual como la masturbación o el sexo oral. Recuerda que la comunicación es muy importante. Si tienes pareja habla con él o con ella sobre lo que necesitas, sobre lo que te apetece y, sobre todo, haz saber a esa persona cómo te sientes.
La respuesta es, en general, un sí. Si bien hace décadas no se recomendaba el sexo en el embarazo, lo cierto es que hoy sabemos que no supone ningún problema ni para la mujer embarazada ni para el bebé.
Si se padece alguna infección de la vagina durante el embarazo
Si se produce sangrado o se siente dolor durante las relaciones sexuales
Si existe un problema de placenta previa o pérdida de líquido amniótico
Si durante algún trimestre del embarazo (especialmente el primer trimestre) hay riesgo de aborto espontáneo
Si durante el tercer trimestre de embarazo existe riesgo de parto prematuro
Durante el embarazo se producen un montón de cambios a nivel fisiológicos y psicológico, y muchos de esos cambios pueden influir en tu sexualidad. Las hormonas y el aumento del flujo sanguíneo tienen mucho que ver en ello. Algunos de estos cambios son: Mayor sensibilidad de los órganos sexuales, aumento de la lubricación y sequedad vaginal.
Durante el primer trimestre de embarazo, muchas mujeres experimentan náuseas, cansancio y malestar, lo que reduce enormemente su libido. En el segundo trimestre de embarazo, estas dolencias suelen desaparecer y se produce una impregnación hormonal distinta que hace que la mujer esté más receptiva al sexo. Durante el tercer trimestre de embarazo puede ocurrir que vuelva (o se mantenga si se experimentó durante el segundo) el desinterés sexual.