Desde que nació, tu bebé ha cambiado de brazos y se ha dejado abrazar por todo el mundo, sin rechistar, feliz al parecer por tener a tanta gente deseando cogerle y achucharle. “Qué niño más extrovertido, ¡No extraña a nadie!”, te habrán dicho familiares y amigos. Cuando te habías acostumbrado a ello, sin embargo, alrededor de los ochos meses, tu pequeño aventurero ha dicho que basta, que sólo quiere estar en brazos de mamá y papá (¡Sobre todo de mamá!). Es más, cuando desapareces de su vista llora con desconsuelo e, incluso, se aferra a tus brazos y tus piernas para que no lo dejes, para que lo lleves contigo. ¿Qué está pasando? ¿Por qué ha cambiado así de repente?, te preguntarás. Lo que está experimentando tu bebé se conoce como angustia por separación y es una fase más de su desarrollo. Te explicamos en este artículo por qué sucede la angustia por separación y te damos algunas claves para sobrellevarla.
¿Por qué se produce y cómo se manifiesta la angustia por separación?
Como comentamos, la angustia por separación forma parte del desarrollo sano del bebé. Hablamos de una etapa que se inicia alrededor de los 7-9 meses de vida del recién nacido y que se puede alargar, dependiendo de cada niño o niña, hasta los 14-18 meses, aunque no suele desaparecer del todo hasta aproximadamente los dos años. No obstante, la angustia por separación puede tener luego nuevas manifestaciones en otras experiencias novedosas y que generan cierto estrés en el pequeño como la entrada al colegio a los 3-4 años.
La angustia por separación se manifiesta en una serie de reacciones que expresan los bebés al separarse de su padre o madre, especialmente de la segunda, que suele ser la figura principal de apego. ¡Y es que en esta etapa del desarrollo verás cómo tu pequeño aventurero también empieza a mostrar una fuerte preferencia por uno de los padres! ¡También es normal! Entre las reacciones del bebé que comentamos estarían un nuevo y, hasta entonces inexistente, temor a los extraños (entre los que se incluyen familiares y amigos a los que no ve con frecuencia), el aferramiento a los brazos de la madre si ésta lo quiere dejar en brazos de otra persona, y los lloros desconsolados cuando mamá o papá salen de su campo de visión. Unos lloros que, por cierto, se consuelan con facilidad en cuanto mamá o papá reaparecen.
¡Di adiós a las irritaciones!
Pide ahora nuestro paquete de prueba gratuito y prueba 10 pañales hipoalergénicos y 15 toallitas húmedas con 99 % de agua.
Si tu hijo presenta estas reacciones, como decimos, no debes preocuparte, porque son absolutamente normales. Es más, aprende a verlas con alegría, ya que son síntoma de un desarrollo saludable. Puede que muchos familiares y amigos, por desconocimiento y sin mala intención, os digan cosas como que el bebé está “enmadrado” o que llora para poneros a prueba. Todo lo contrario. La angustia por separación es un avance “doloroso” que demuestra que tu bebé ha tomado conciencia de sí mismo como individuo, que ha creado un vínculo fuerte con vosotros, sus padres, y que su instinto de supervivencia funciona a las mil maravillas. Y decimos lo de “doloroso” porque en su libro -hoy descatalogado- "La ciencia de ser padres", la psicóloga y psicoterapeuta infantil Margot Sunderland afirmaba que la angustia por separación activa las mismas zonas en el cerebro de los bebés que el dolor físico.
Así que si en esta etapa del desarrollo tu pequeño aventurero llora cuando te pierde de vista o intenta por todos los medios que no te vayas sin él -aunque te vayas a ir un minuto a la habitación de al lado-, no lo hace en ningún caso para ponerte a prueba, sino por simple y pura supervivencia: Él ha tomado conciencia de sí mismo y ha decidido que sus padres son su figuras de apego, las personas que necesita para sentirse seguro, así que al perderos de vista llora porque pierde a esas figuras que le dan seguridad. Además, una vez que tú o tu pareja salís de su campo de acción, el bebé no sabe si es para un momento o es para siempre, por eso lloran con un desconsuelo que a nosotros, como adultos, nos puede resultar incomprensible. Recuerda que los bebés no tienen aún una conciencia del paso del tiempo, de forma que no diferencian entre el minuto que cuesta ir a coger algo al armario de la cocina y las ocho horas de, por ejemplo, de una jornada de trabajo. ¡Para ellos ambas son unas separaciones igual de traumáticas!
Cómo afrontar la angustia por separación
Como es una etapa normal en el desarrollo de un bebé sano, la angustia por separación no requiere que los padres hagan nada especial más allá de tener paciencia y aceptar la situación con naturalidad (¡Sabemos que por momentos se puede hacer pesada esa necesidad constante de estar presente y a la vista de tu pequeño, pero nadie dijo que esto fuera fácil! :-P). En todo caso, compartimos con vosotros cuatro consejos de sentido común que pueden ayudaros a sobrellevar mejor esta etapa:
Aceptación: Un bebé requiere mucho contacto físico y mucha presencia, sobre todo en esta etapa en la que se manifiesta la angustia por separación. Mira esta fase con optimismo (¡Tú bebé se está desarrollando bien!) y aprovecha para disfrutarla al máximo. Puede que en unos meses/años, cuando crezca, te encuentres echando de menos esta etapa.
Nuestros pañales delicados con la piel
Nuestros pañales son ideales para pieles sensibles y absorben el líquido rápidamente. ¿Y los diseños? ¡Super originales!
Calma: Como decimos, sabemos que esta etapa puede ser agotadora e, incluso, estresante, pero perder los nervios no va a hacer que lo sea menos, así que mantén la calma, relativiza (¡¿qué son unos meses en una vida?!) e intenta darle a tu bebé lo que más necesita: amor, confianza y seguridad.
Reduce las separaciones: Evidentemente, si ya se te ha acabado la baja de maternidad, no vas a dejar de ir al trabajo. Siempre que sea posible y esté en tus manos, sin embargo, evita las separaciones o procura que éstas sean lo más cortas posibles para causar el mínimo estrés a tu pequeño aventurero.
Prueba con separaciones cortas: Poco a poco, conforme se vaya desarrollando, tu bebé entenderá que las personas nos separamos mil y una veces cada día y que eso no implica una separación definitiva. Para que vaya asimilando esta idea y la angustia por separación se atenúe, una buena alternativa es probar con separaciones cortas en las que, aunque te pierda de vista, seas capaz de mantener la comunicación con él. Así, por ejemplo, si vas a otra habitación de la casa a buscar algo, háblale o cántale mientras vas y vienes, de esta forma tu pequeño aventurero sabrá que sigues cerca de él, aunque no pueda verte.