Descubriendo el amor con "Unatribudetres_"

Marga y Rebeca nos cuentan en su perfil de instagram, @unatribudetres_, su preciosa historia familiar que incluye la adopción de un niño con autismo y la aventura de tener dos mellizos.

Esta dos supermamás afirman que pertenecen a mundos distintos, pero que sin duda la maternidad les ha hecho más fuertes y han creado juntas una familia de cinco junto con Lluís, las mellizas Mireia y Lleó, y sus perros Ona Bru y Mel.

1- ¿Cuál fue el primer sentimiento que tuvisteis cuando os enterasteis de que ibais a
ser mamás por primera vez? Cuando os llamaron para deciros que ibais a adoptar
a Lluís.

Fue extraño, como muchas otras situaciones de nuestra vida nos anticipamos a como iba a
ser y, de una manera involuntaria nos lo imaginamos como si fuera una película
de Hollywood, todos llorando de alegría. La verdad que para nada fue así.
Recibimos una llamada de la técnica mientras íbamos en el coche, que emocionada
nos daba la enhorabuena porque éramos idóneas para la adopción de Lluís. En
nuestro caso ya teníamos asignado a un niño, ya que nuestra historia es un poco
peculiar.

De primeras te diría que fue un momento muy frío, estábamos contentas porque
Lluís iba a tener ese entorno familiar que tanto tiempo llevaba esperando y por
otro lado estábamos asustadas. Lo hacíamos por él, nosotras en ese momento no
entraba en nuestros planes ser mamás. Al colgar nos miramos y las dos no
parábamos de repetir: “¿Lo haremos bien?”.

Los días que vinieron después empezamos a asimilar muchas cosas y una ilusión
enorme se apoderó de nosotras, montamos su habitación y buscamos cosas que
sabíamos que le gustaban para que cuando llegase a casa se encontrase cómodo.

Lo que nosotras no sabíamos es que en casa ya teníamos a quienes se convertirían en su terapia, quienes lo iban a recibir por todo lo alto, con mucha alegría y ganas de jugar con él, nuestros perros Ona, Bru y Mel.

2-¿Cómo le dijisteis a Lluís que iba a tener hermanos? ¿Cómo se lo tomó?

La verdad es que idealizamos mucho ese momento. Salió Marga del baño con el test dando positivo, yo no sabía si llorar o reír, era una sensación extraña entre lo que deseábamos y no acabar de creerlo. Corriendo fuimos a contarle a Lluís que dentro de la barriga de mami había un bebé a lo que nos contestó “ah vale, si bebé” y siguió con lo suyo.

Con el tiempo, entendimos que Lluís no había comprendido nada ese día y en el momento
que empezamos a explicarle que iba a ser el hermano mayor poco a poco, usando
recursos y apoyos visuales, él empezó adoptar un rol muy bonito y sano.

3-¿Qué consejo le daríais a unos padres primerizos que quieren adoptar?

Hay muchos bebés, niños y jóvenes que necesitan una estabilidad emocional, el amor de una familia y el calor de un hogar. No nos olvidemos que vienen con el libro de vida con muchas páginas escritas, y muchas otras por escribir, que seguro que estarán llenas de grandes momentos donde los protagonistas seréis vosotros junto a él o ella.

Tened paciencia, en todo el proceso, la ilusión y el deseo de hacer crecer la familia son los grandes enemigos del tiempo de espera. Pero el día que recibáis esa llamada os inundará una sensación brutal entre alegría y nervios que no os sabemos describir muy
bien, pero que se resume en un “ha valido la pena toda esta espera”. Todo lo que viene después es disfrutar de cada paso en familia. Mucha paciencia, porque vendrán momentos complicados, pero por encima de todo brindarle todo el amor que tengáis a él o ella, porque os espera.

4-¿A qué retos os tuvisteis que enfrentar como madres en la crianza? Teniendo en cuenta que son niños pequeños que demandan mucha atención y encima dos son gemelos y bebés.

Durante todo el embarazo no paramos de escuchar comentarios sobre lo complicado que iba a ser la crianza de mellizos, teniendo en cuenta las necesidades de Lluís, nos llegaron a dar el pésame acompañado de un “yo me salen dos y me muero”.

El mayor reto es todo aquello que no depende de nosotras ni de nuestros hijos, la lucha por una conciliación familiar, que nos permita disfrutar de pasar tiempo en familia y velar por la educación y seguridad de nuestros hijos, lidiar día sí y día también con todos esos comentarios que te cuestionan si eres una buena madre.

5-¿Cuándo empezasteis a interesaros por el tema de la sostenibilidad y medioambiente? ¿Es difícil llevar un estilo de vida sostenible con dos bebés?

Creo que nunca nos hemos tenido que interesar, las dos, de una forma u otra, hemos sido muy conscientes de que tenemos una responsabilidad y que el futuro está en nuestras manos, es la herencia que les dejaremos a nuestros hijos y nos preocupa.

Yo, Rebecca, siempre he estado muy unida con la montaña y es algo que poco a poco intento transmitir a la tribu, el amor por la naturaleza. No recuerdo salir a la montaña sin colgar automáticamente una bolsa por fuera de la mochila para recoger la basura que encontráramos de camino. Ahora es Lluís quien me pregunta si tenemos una bolsa para meter papeles cuando vamos de excursión y disfruto de ver como tiene cura del medio e intenta dejar siempre los lugares más limpios de lo que los encuentra.

También somos realistas, económicamente no podemos tener un estilo de vida todo lo sostenible que nos gustaría, pero sí que en todo lo que está a nuestro alcance intentamos integrarlo en nuestras rutinas y manera de vivir. Desde la llegada de Mireia y Lleó hemos perdido hábitos, por falta de tiempo y organización, que antes formaban parte de nuestro día a día, por ejemplo comprar la fruta y la verdura en el mercado, ayudando así al consumo local, de calidad y km 0. Comíamos mejor y siempre productos de temporada. Sabemos que es cuestión de aprender a organizarnos mejor, de incluir este gesto
a la rutina familiar. Al igual la solución es ir al mercado los fines de semana
los cinco juntos. ¡Probaremos!

6- ¿Cómo ha cambiado vuestra relación desde que sois madres?

Nunca habíamos estado tan unidas, ni habíamos sido tan felices. Quienes nos conocen saben que somos de dos planetas diferentes, nos ha costado mucho aprender a encontrarnos siempre en ese punto medio de equilibrio, pero en cambio con la maternidad hemos hecho un buen equipo y Lluís es el reflejo de ello.

7-Con todo el camino que habéis recorrido, ¿os gustaría ser madres de nuevo?

Si todas las condiciones que pensamos que se han de reunir (economía, salud, salud mental y emocional…) para tener otro hijo, se reúnen, sí. Nos encanta la maternidad en todas sus facetas, disfrutamos de pasar tiempo en familia, de aprender cada día algo nuevo de ellos que nos ayuda a seguir creciendo como madres y personas.

8-¿De qué 3 maneras creéis que se puede enseñar a un niño lo que es la sostenibilidad? ¿Cómo se lo enseñáis a vuestros hijos?

Debemos enseñarle la importancia de cada gesto que hacemos. Podemos enseñarles a apagar la luz o no dejar el grifo de agua abierto si no la necesitamos, pero es más importante enseñarles el motivo por el cual hacemos este gesto. Es importante que comprendan el valor que tienen las cosas, no solo económico, sino también
emocional.

Lo más importante para nosotras es ser el ejemplo de nuestros hijos. Si nosotras no usamos el transporte público no podemos pretender que a nuestros hijos les nazca hacerlo.

En casa tenemos muy presente la regla de las 3 R: Reducir, Reciclar y Reparar. Lluís tiene responsabilidades acordes con su edad y en el momento en el que se encuentra. Intentamos mostrarle la suerte que tenemos con todos los recursos a nuestro alcance y que por ese mismo motivo no debemos abusar de ellos. Disfrutamos de hacer baños juntos, no pasa nada si de vez en cuando llenamos la bañera para compartir ese momento, pero sí hemos de ser conscientes que no se ha de convertir en una rutina, y sobre todo valorar la suerte que tenemos de poder hacerlo.

9-¿Cómo es un día cualquiera en la familia de Tribudetres?

Hemos de reconocer que empiezan a ser no tan caóticos. Nos ha costado mucho adaptarnos a este nuevo ritmo de vida como familia numerosa, pero vamos por buen camino.

Nos levantamos una hora antes de lo que lo hacíamos, vestir a Mireia y Lleó y supervisar que Lluís lo haga parece tarea fácil, pero no lo es. Si es verdad que con Lluís trabajamos mucho la autonomía y nos facilita mucho que él se haga el desayuno, recoja, se limpie los dientes… pero aun así necesita que supervisemos cada cosa y le reforzamos más que nunca cada gesto que hace bien.

Una vez listos, ¡Nos ponemos en marcha! La primera parada es dejar a Lluís en el colegio, normalmente es Marga quien lo deja, por un tema de horarios de trabajo. Me cuenta siempre lo divertido que es el momento de montar carro, subir bebés, vigilar que Lluís no salga del coche, entrar al colegio y dejar a Lluís. Sobre todo los días de lluvia.

Hasta la hora de salida del colegio hay un poco más de calma en casa, es el momento de poder trabajar con los mellizos, de respetar sus horas de sueño dentro de un entorno más tranquilo.

Las tardes son en familia, este año priorizamos estar juntos a hacer muchas terapias (como hicimos el año pasado) que ahora mismo no le aportan tanto a Lluís cómo estar juntos. Siempre que el tiempo acompaña aprovechamos para hacer cosas fuera de casa como salir con los perros o ir a zonas de ocio para fomentar la socialización de Lluís.

A la vuelta, ya sabemos los cinco que es hora de bañitos. Si vamos con tiempo suelen ser acompañados (mamá con Lluís, mellizos juntos, mami con Mireia, Lluís con Lleó…) siempre vamos cambiando.

Cenamos siempre juntos, ya que el ritmo de vida no nos permite sentarnos a comer y el momento cena es cuando compartimos qué tal ha ido nuestro día. Recogemos entre todos, y nos vamos a dormir. ¡Uno de los mejores momentos del día!